Este documento ha sido extraído de una revista llamada “Revista Iberoamérica de Educación” escrita por la autora Marina Subirats Martori una doctora en filosofía y letras.
En primer lugar, comienza dando una pequeña explicación sobre que es la coeducación definiéndola como la educación conjunta de dos colectivos humanos específicos (hombres y mujeres).
En segundo lugar, nos cuenta la evolución histórica de la educación en las mujeres. Comenzando por el siglo XVIII en la que se defiende que los hombres y las mujeres han sido creados para desempeñar destinos sociales diferentes y, en consecuencia, también su educación se ve diferenciada.
A finales del siglo XIX empiezan a plantearse algunas propuestas que defienden decididamente la necesidad de que las mujeres reciban una educación escolar más sólida y equivalente a la de los varones. Conseguir la igualdad educativa significa, en esta etapa, que las mujeres puedan tener acceso a los estudios medios y superiores, y que niños y niñas se eduquen en los mismos centros, para mejorar la calidad de la escolarización de éstas.
Como consecuencia de esto, en la actualidad se explican estas diferencias que se producen tanto en la elección de estudios como en las oportunidades de trabajo e ingresos profesionales, es necesario examinar qué elementos de la socialización conducen a las mujeres a aceptar papeles secundarios en la elección de estudios y en su posterior posición profesional y ciudadana.
Años atrás, estas diferencias se hubieran explicado a partir de la creencia en la distinta naturaleza de varones y mujeres, y también de niños y niñas, naturaleza que determinaría sus gustos, capacidades y aptitudes. Pero esta explicación se apoya en un tipo de argumentos que hoy aparecen forzosamente sesgados, vista la capacidad de las mujeres para alcanzar logros, tanto intelectuales como físicos, que en el siglo XIX eran considerados totalmente fuera de su alcance.
Por otro lado, se habla del orden sexistas en la escuela mixta en el que no todos trabajos son abonados de igual manera si no que depende del sexo que lo realice, pero poco a poco las mujeres han llegado a convertirse en grandes científicas y en buenas profesionales de la educación demostrado a la sociedad que no por ser del sexo femenino son mejores o peores que los del sexo masculino.
Figura 1. En la imagen se aprecia cómo un hombre ayuda a una mujer económicamente, extraído de
«Educación y equidad: claves para un futuro igualitario» de Magisterio. Copyright 2020.
Por último, pasaremos de la escuela mixta a la educación no sexista en la que se alcanzara una enseñanza realmente educativa pero no solo hay que partir de la igualdad de los individuos, sino también de la integración de los modelos genéricos; es decir, hay que facilitar el acceso de las niñas y las mujeres a las profesiones que siguen siendo reductos masculinos, esencialmente las de carácter técnico, y hay que reforzar su seguridad en ellas mismas para que se sientan capaces de desempeñar un mayor papel en el ámbito público.
Al mismo tiempo, es necesario introducir en el currículum escolar y en las relaciones en el aula un conjunto de saberes que han estado ausentes de ellos, así como una mayor valoración de las actitudes y capacidades devaluadas hasta ahora, que deben ser convertidas en conductas a proponer tanto para las niñas como para los niños.
OPINIÓN PERSONAL:
Desde mi punto de vista considero que el concepto de la coeducación en las escuelas no se estaba aplicando adecuadamente ya que como todos sabemos este proceso ha sido muy largo, pero… ¿Y si lo hubieras planteado bien desde el principio las cosas hubieran cambiado?
Puede que sí, quizás las mujeres hubieran adoptado el puesto que se merecen en la sociedad mucho tiempo antes y quizás hoy en día viviríamos en un mundo sin desigualdad.
Pero la cosa no es así, por tanto, creo que tanto profesorado como alumnado debe ser consciente de lo importante que es la igualdad no solo en las aulas sino también en la vida en general.
En mi opinión para poder subsanar este tema de una manera muy eficaz comenzaría enseñando al profesorado a educar en igual y posteriormente llevaría estos métodos a las aulas de los más pequeños. De esta manera inculcaremos una serie de valores que serán muy importante para sus vidas.
Figura 2. En la imagen se aprecia a unos niños disfrazados de profesiones, extraído de «La educación en
igualdad de género empieza en casa» de madreshoy.com. Copyright.
Creo si trabajamos la educación en igualdad y fomentamos a medida que los niños y niñas van avanzando en su recorrido académico conseguiremos personas consciente capaces de cambiar el mundo con una buena educación.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:
- madreshoy.com (s.f.). La educación en igualdad de género empieza en casa [Imagen digital]. Recuperado de https://madreshoy.com/la-educacion-en-la-igualdad/
- Magisterio (2019, febrero 5). Educación y equidad: claves para un futuro igualitario [Imagen digital]. Recuperado de https://www.magisnet.com/2019/02/educacion-y-equidad-claves-para-un-futuro-igualitario/
- Marina Subirats Martori (1994). Conquistar la igualdad: la coeducación hoy. Revista Iberoamericana de Educación Número 6 Género y Educación. Recuperado de https://rieoei.org/historico/oeivirt/rie06a02.htm
PAULA DORTA MARTÍN